Hoy os traigo una receta muy dulce. Salpicados de pepitas de caramelo, preparados con mantequilla y azúcar y coronados con suculentas espirales de caramelo, estos cupcakes son una tentación irresistible.
El dulce de leche surgió en Sudamérica en el siglo XIX como un procedimiento para conservar la leche. Se produce mediante la cocción de la leche condensada hasta que los azúcares cristalizan y el contenido se espesa. En la siguiente receta sirve como cobertura para unos cupcakes ligeros y esponjosos.
225 g de harina
2 cucharaditas de levadura en polvo
1 pizca de sal
110 g de azúcar
1 huevo batido
150 ml de leche
50 ml de aceite de oliva suave
1 cucharadita de extracto de vainilla
Para la decoración:
450 g de dulce de leche frío
Preparación:
Precalentamos el horno a 200ºC
y colocamos los envoltorios para cupcakes en una bandeja para 12 cupcakes.
Tamizamos la harina, la
levadura en polvo y la sal en un bol para mezclar, y agregamos el azúcar.
En otro bol, batimos el huevo,
la leche, el aceite y el extracto de vainilla hasta integrarlo todo bien.
Mezclamos, removiendo, la
preparación de huevo con los ingredientes secos hasta combinarlos bien, y
agregar los caramelos picados, sin dejar de remover.
Colocamos la masa de cupcakes
en los envoltorios de papel y horneamos durante 20 minutos hasta que se doren y
suban.
Dejamos templar los cupcakes
en la bandeja durante 5 minutos, y trasladarlos después a una rejilla metálica
para que se enfríen por completo.
Colocamos una generosa ración
de dulce de leche sobre cada cupcake y dibujamos un remolino con la parte
posterior de una cuchara o una espátula pequeña.
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